BASÍLICA SANTA MARÍA DELLA CARCERI.

La construcción del Santuario mariano fue decidida después de los acontecimientos prodigiosos que se manifestaron a fines del siglo XV alrededor de una imagen de la Virgen con el Niño, pintada al esterior de la cárcel de Stinche, que provocó una inmediata devoción popular.

El proyecto fue confiado en principio a Giuliano da Maiano pero, luego, Lorenzo de' Medici interrumpió los trabajos dando el encargo para el nuevo proyecto a Giuliano da Sangallo, que realizó una obra maestra de simetría.

Las obras empezadas en 1486 fueron llevadas a término en 1495, dejando inconcluso el revestimiento exterior, que adopta la tradicional bicromía (verde de Prato y caliza) en formas originales que encuentran verificación en obras florentinas (Santa Maria Novella, San Miniato y el Baptisterio): con fajas de serpentín que subdividen los espacios según armónicas proporciones y subrayan también las elegantes puertas con tímpanos sobrepuestos.
En el interior, la estructura de la basílica, en cruz griega con cúpula central, muestra evidentes referencias a la arquitectura de Alberti y de Brunelleschi.
El cornisamento está decorado por una franja de terracota vidriada de Andrea Della Robbia (1491), que efectuó también los cuatro círculos con figuras de los Evangelistas situados en los penachos de la cúpula.
Los bellos vitrales visibles en los cabezales de los cuatro brazos de la iglesia, que representan la Anunciación, La Natividad, la Asunción, la Visitación, fueron efectuadas sobre diseño de Domenico Ghirlandaio.
En el altar mayor se conserva , enmarcado por una tela del pintor de Prato Antonio Marini (1788-1861), el fresco milagroso de la Virgen con el Niño entre los Santos Leonardo y Stefano que se considera realizada en la primera mitad del Trecientos.