martes, 18 de octubre de 2011

CARAVAGGIO: EL TENEBRISMO

El Tenebrismo es la corriente pictórica más importante del Barroco Italiano  en el siglo XVII. Y su representante más importante fue Caravaggio.
 La denominación Tenebrismo proviene del hecho de que Caravaggio pinta en un sótano a oscuras enfocando la escena con una luz intensa y direccional. Todo ello provoca un contraste brutal entre la luz y la sombra. La luz se utiliza para definir mejor las formas y las calidades, pero también para acentuar el dramatismo de los gestos y las expresiones. Además usa la luz como un elemento compositivo alumbrando más intensamente lo principal y dejando en sombra lo secundario. Además,  utiliza sistemáticamente las diagonales lumínicas como líneas compositivas.
 Su arte esta en la línea de las ideas de la Contrarreforma. Así sus escenas religiosas son de una gran verosimilitud. A pesar de ello, Caravaggio no tuvo mucho éxito en su época, sobre todo por la insistencia en escoger modelos vulgares y por sacrificar todo a la verosimilitud y al realismo. Caravaggio es contrario al idealismo renacentista, hasta tal punto que para representar a la Virgen muerta toma como modelo el cadáver de una mujer ahogada. Esto tampoco gusta a las autoridades religiosas.
 El Tenebrismo italiano influye en los principales pintores del Barroco Español (Ribera, Zurbarán, Velázquez joven), Francés (hermanos Le Nain, Georges La Tour), y de los Países Bajos (Rembrandt), y se convirtió en una de las aportaciones más características y singulares del Barroco.
 
Entre las obras de Caravaggio  destacamos:

El Baco (1595) no se puede considerar plenamente tenebrista. Sin embargo, muestra la maestría de Caravaggio para el dibujo de un gran realismo, para la sensualidad  y para el bodegón o naturaleza muerta (las frutas, la copa de vino, etc.).
En las diferentes versiones de La Cena de Emaús (1597) Caravaggio cuenta el momento en el que los discípulos de Emaus reconocen a Cristo resucitado alo partir el pan. En esta obra, Caravaggio  muestra ya su estilo plenamente tenebrista, ahora la luz ayuda a definir los objetos y los rostros. Sin embargo, lo más llamativo es la preocupación por captar el momento fugaz (el gesto de sorpresa de los apóstoles al reconocer a Cristo al partir el pan), y la composición  típicamente barroca con el primer discípulo de espaldas y en sombra, mientras Cristo muestra un fuerte escorzo con el brazo con el que está bendiciendo. Hay que llamar la atención por la elección de los modelos, de una vulgaridad intencionada si exceptuamos al propio Cristo. Nuevamente, sobre la mesa encontramos un elaborado bodegón.
 
En La Vocación de San Mateo (1600) el pintor representa el momento en que Cristo convence a San Mateo (recaudador de impuestos), para que le siga y sea su discípulo. En este caso la luz tiene un significado simbólico, y no sólo formal o compositivo. La luz simboliza la iluminación divina al venir del mismo lugar que Jesucristo, y da de lleno sobre el rostro de San Mateo. El mensaje es, por tanto, muy religioso, pues viene a decir que Cristo muestra el camino de la salvación. Como en la obra anterior hay tenebrismo y una preocupación por captar el instante, personajes de espaldas en primer plano, tipos vulgares, etc. También hay que citar la curiosa diferenciación de ropajes entre los personajes. Por un lado están Cristo y los apóstoles y por otro, el resto de los personajes (vestidos a la moda de principios del siglo XVII). Esta pintura formaba parte de una serie sobre San Mateo que Caravaggio hizo para la Iglesia de San Luis de los Franceses (San Mateo y el ángel, Martirio de San Mateo, etc.).
 
Muy similar en su concepción es el Tránsito de la Virgen (1605). La obra es encargada para la iglesia de Santa María della Escala,pero inmediatamente es  rechazada por los Carmelitas Descalzos por indecorosa y comprada a continuación por el duque de Mantua, por consejo directo de Pedro Pablo Rubens. Caravaggio representa el momento en que la Virgen acaba de morir. Magdalena solloza junto a ella y los apóstoles inclinan sus cabezas mostrando dolor y respeto.Compositivamente la obra está organizada en torno a dos diagonales compositivas (el haz de luz y la propia túnica roja de la virgen). El rostro más expuesto e iluminado es el de la propia Virgen lo cual nos hace conducir nuestra mirada hacia la derecha del cuadro.  Caravaggio ha sido  aquí “demasiado  realista”, al recurrir al cuerpo de una mujer ahogada para representar a la Virgen. El resto de los apóstoles también responde a tipos vulgares, mientras la mujer que llora en primer plano aporta un matiz dramático y teatral a la escena.
La Conversión de San Pablo (1601) muestra el momento en que un rayo derriba a San Pablo de su caballo y le deja ciego frente a las puertas de Damasco, él oye desde las tinieblas de su ceguera la voz de Dios: "Saulo, ¿por qué me persigues?". La forma de representar la escena se parece a las obras manieristas al agolparse los personajes en el primer plano. Nuevamente dos diagonales (el cuerpo de San Pablo y el caballo) forman las líneas de la composición, y aparecen los tipos vulgares propios de Caravaggio. En la época debió parecer muy irreverente centrar toda la atención en el caballo y representar a San Pablo caído en el suelo en el margen inferior del cuadro en un marcado escorzo, sin embargo, es muy original y realista. 







Amor victorioso 1602

La duda de Santo Tomás 1602
Virgen con el Niño y Santa Ana (1605)


No hay comentarios:

Publicar un comentario