La arquitectura mozárabe
A la dispersión de los monumentos mozárabes hay que añadir su falta de unidad artística aunque sí existen algunas características generales: utilizarán el arco de herradura, más cerrado que el visigodo, tendiendo más al alargamiento de ½ del radio que es la medida utilizada por los musulmanes que a los 2/5 utilizados por los visigodos. Este arco se enmarca en un alfiz como en el arte musulmán. Utilizan también la bóveda de nervios de tipo califal y la gallonada ( es aquella que imita los gajos dee una naranja). Si todo esto es de influencia islámica, los temas con los que adornan sus templos son visigodos.
Las iglesias suelen ser de tamaño reducido aunque con estructuras complejas y con una gran variedad de plantas: de una o varias naves, de cruz griega o de planta basilical, etc. Las plantas mantienen la forma de cruz como símbolo cristiano, con tres naves. Los muros son muy gruesos porque tienen una función sustentante y en ellos se utilizan todo tipo de materiales: ladrillo, mampostería (piedra en bruto sin labrar o labrados de forma irregular), sillares, dependiendo de las características de la zona.
El acceso se realiza por una puerta lateral, no hay por tanto fachada principal.
Los ábsides (que recuerdan al mihrab musulmán) están incomunicados entre sí. Son concebidos como espacios aislados a los que se accede mediante un arco de herradura de tipo califal.
La estructura interior incorpora la iconostasis, que independiza todavía más los ábsides del reto del edificio (remite a la Mansura que separa al pueblo de la familia califal) sirve para separar al pueblo de los celebrantes.
Los vanos de la iluminación de disponen de manera irregular y son pequeños, lo que determina una entrada de luz estrecha y rompe como si de un cuchillo se tratase, la oscuridad del interior, dejando zonas en penumbra y zonas muy iluminadas, consiguen dar un mayor aire de misterio a los recintos.
Los soportes son columnas, normalmente de mármol, que constituyen nel elemento suntuario de los edificios.
Se engrosa el muro, para servir de contrapeso de las cúpulas. Se levantan torre campanario para llamar a los monjes a la oración.
Se emplean modillones de tipo musulmán en los aleros. ( elemento saledizo que puede tener forma de rollo s escalonados).
Obras
Entre los edificios más importantes del arte mozárabe destacan la iglesia de Bobastro, templo rupestre del siglo IX labrado en un peñasco y la iglesia de Santa María de Melque en Toledo. Ambas muestran claramente la huella visigoda y muy poca influencia musulmana por lo temprano de su construcción. Pero la más importante es la iglesia de San Miguel de la Escalada, monasterio construido cerca de León hacia el siglo X por los monjes cordobeses huidos de la represión religiosa que surge con la llegada del Califato, con Abderramán III y con Almanzor. Estos monjes aprovecharon los restos de una antigua iglesia visigoda y este templo es una buena muestra de esa arquitectura de repoblación que va a extenderse por todo el noroeste: San Cebrian de Mazote en Valladolid, San Miguel de Celanova en Orense, Santo Tomás de las Ollas en Ponferrada o San Pedro de Lourosa en Portugal.
San Miguel de la Escalada destaca por su sencillez constructiva a base de modestas columnas corintias, arcos de herradura lisos y paredes lisas también. Domina la sensación de amplitud espacial gracias, entre otras cosas a su cubierta plana de madera. El espacio está compartimentado en tres volúmenes sucesivos y decrecientes: nave central, naves laterales más bajas (planta basilical) y un extraordinario pórtico lateral que se abre al exterior mediante una galería de arcos y columnas y al interior por una puerta que da acceso al crucero. Tiene un crucero inscrito en planta y tres ábsides de los cuales, el central está separado por la iconostasis preceptiva del rito mozárabe, formada por tres arcos de herradura.
La miniatura.
Por último hay que destacar la miniatura mozárabe por ser la transmisora de este arte desde época visigoda hasta el románico. Los monasterios mozárabes serán centros muy activos de miniaturistas entre los que destaca el Beato de Liébana y su comentario al Apocalipsis (Biblioteca Morgan de New York). La miniatura mozárabe se caracteriza por su cromatismo intenso y su expresionismo que puebla las ilustraciones con figuras fantásticas, alejadas del naturalismo clásico.
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