martes, 13 de abril de 2010

Rodin

Auguste Rodin (París, 12 de noviembre de 1840 - Meudon, 17 de noviembre de 1917) fue un escultor francés contemporáneo a la corriente Impresionista. Enmarcado en el academicismo más absoluto de la escuela escultórica neoclásica, es el escultor encargado no sólo de poner fin a más de dos siglos en busca de la mimesis en las artes tridimensionales, sino de dar además un nuevo rumbo a la ya obsoleta concepción del monumento y la escultura pública. Es por esto que Rodin ha sido denominado en la historia del arte: «el primer moderno».
Educado en la Escuela de Artes Decorativas de París, un ámbito no sólo ajeno al de las bellas artes, sino además menospreciado por éstas, Rodin dedicó gran parte de su juventud a acumular conocimientos sobre anatomía que en más de una oportunidad le valieron la envidia y el descontento de los escultores reconocidos como tales por la Academia de Bellas Artes de París. Célebre fue el escándalo en torno a su escultura La edad de bronce (1875), de la cual se dijo que, debido a su perfección, los moldes habían sido sacados directamente del cuerpo del modelo y no de una arcilla hecha por el artista, como se debe hacer en el método del vaciado en Bronce: tal acusación era deshonrosa para cualquier escultor y Rodin, contando con la ayuda de amistades influyentes como el pintor y escultor impresionista Edgar Degas, logró salir de la disputa no sólo victorioso, sino que además con una fama que lo puso inmediatamente entre los artistas más importantes de París.




Con posterioridad a este escándalo, su escultura se dividió en dos líneas distintas: la primera, a la cual denominó "alimentaria", era la escultura decorativa de la cual vivía y, como su nombre indica, se alimentaba a sí mismo y a sus amantes, entre las cuales se contó su amiga y ayudante la escultora Camille Claudel; la segunda, más popular y transgresora, es conocida como su obra pura y trascendente en la historia del arte occidental.



Pertenecientes a esta última línea de trabajo, podemos encontrar sus monumentos y encargos más importantes, tales como Los burgueses de Calais (1884) y el célebre Monumento a Balzac (1897), famoso debido a la revolución de la escultura en el espacio público generada por su elaboración. Para Rodin el artista no debía ser un esclavo del modelo, al contrario: era el artista el que escogía, con su propio ojo y sensibilidad, el objeto a representar y por medio de su imaginación era capaz de modificarlo para crear así una imagen totalmente nueva a los ojos del mundo. Es por esto que, en una mirada anatómicamente estricta, podría decirse que las figuras que construye carecen de una lógica en cuanto a las proporciones, pues las proporciones son dadas por las exigencias del sentimiento que se ha querido plasmar y no por reglas biológicas. Rodin había estudiado la anatomía no para ser dominado por ella, sino para usar el cuerpo humano como una herramienta de expresión de la psicología y los sentimientos humanos.



Estas ideas las podemos ver plasmadas en su obra más importante, Las Puertas del Infierno (1880-1917), para las que en un comienzo fueron pensadas las figuras El pensador (Le Penseur), El beso (Le Baiser) y Dánae. Estas puertas, originalmente hechas para un supuesto museo de artes decorativas de París que nunca fue creado, tienen como tema el Infierno de Dante Alighieri, y en ellas Rodin plasma algunos pasajes de este libro usando como narración los cuerpos de los personajes involucrados. La figura central, El pensador, es un retrato del Poeta Dante, el cual se ve afectado por lo que está viendo (frisos con las figuras pecadoras bajo él) e influenciado por las fuerzas divinas que anuncian la desgracia sobre su cabeza (tres sombras o retrato triple de Adán). Los historiadores del Arte también coinciden en esta escultura a la propia figura de Rodin: un hombre que se aterra frente al mundo en el cual le toca vivir, en el que la tecnología da paso a milagros como el cine, y está justo en el centro, donde debe elegir entre enmarcarse en la tradición o revolucionar las artes escultórica.

Obras más destacadas:
  • El hombre de la nariz rota: forma parte de sus primeras obras. Fue recibida con desprecio por parte del público ya que se creía que estaba inacabada (la parte de la nariz).
  • La Catedral: recibe este nombre un par de manos que figuran la creación, la herramienta con las que crea el hombre. Esta obra será muy importante. Es relevante observarla con diferentes puntos de vista para apreciar todos los detalles que esconde este par de manos. Gran nivel de detalle, con la piel, las venas, todo muy real (contraste también entre la superficie pulida que corresponde a la piel de las manos y la superficie rugosa de la base donde éstas se encuentran apoyadas).

  • Monumento a Balzac fue un encargo que el autor recibió y que sin embargo no gustó nada a los Autores Literarios, lo que supuso un inicial rechazo a este monumento.

  • El hombre que camina: considerada una obra inacabada dado que carece de cabeza y brazos. Destacar el movimiento que tiene a pesar de la falta de estas partes del cuerpo.

  • Torso; otra de las obras de Rodin consideradas inacabadas. Como podemos ver, el escultor francés se inspira mucho en la temática de la antigua Grecia y Roma. Un ejemplo claro, la Venus de Milo, escultura a la que le faltan los brazos.
  • Las Puertas del Infierno: se trata de un encargo que se hizo para decorar un museo que no llegó a ocupar su correspondiente lugar. La Porte de l’Enfer, como se dice en francés, es un monumental grupo escultórico con unos seis metros de alto, cuatro de ancho y uno de profundidad. En su totalidad contiene unas 180 figuras cuyas dimensiones varían entre los quince centímetros y más de un metro. El encargo fue para el futuro Museo de Artes Decorativas de París pero el proyecto quedó cancelado y permaneció en el taller de Rodin, quien lo fue haciendo añadidos hasta su muerte. Actualmente lo podemos encontrar en el Museo Rodin de la capital francesa.
  • El Pensador.
  • Los Burgueses de Calais.Calais para inmortalizar un hecho famoso en la historia de la ciudad y de la guerra de los Cien Años. Rodin se sentirá atraído por la tarea de crear un monumento que conmemora a un grupo y no a un personaje individual. Pero la unidad formal del conjunto era menor que la psicológica, concentrándose en la reacción individual de cada miembro del grupo. Los seis burgueses parecen totalmente inconscientes de la presencia de los otros. Lo único que los une es su condición de rehenes. Son antihéroes, complejos seres humanos, diferentes cada uno de ellos entre sí.

  • Las Tres Sombras: éstas se encuentran en la parte superior de las puertas. Se trata de tres figuras que en realidad son la misma pero expuestas en diferentes ángulos alrededor de un punto concreto.

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