En 1238 entra en Granada por la Puerta de Elvira, y para ocupar el Palacio del Gallo del Viento, Mohamed-Ben-Nazar (o Nasr), llamado Al-Hamar el Rojo (ya que tenía la barba roja).
Cuando Ben-Al-Hamar (Mohamed-Ben-Nazar) entró triunfador en Granada en ese año de 1238, la población le recibió con el grito de Bienvenido el vencedor por la gracia de Alá, él respondió: Solamente Alá vence. Éste es el lema del escudo nazarí y también está escrito por toda la Alhambra. Ben-Al-Hamar construyó el primer núcleo del palacio. Su hijo Mohamed II, que fue amigo de Alfonso X el Sabio, lo fortificó.
El estilo granadino en la Alhambra es la culminación del arte andalusí, lo que ocurrió a mediados del siglo XIV con Yusuf I, que construyó la Torre de Comares, y con Mohamed V, quien edificaría el Patio de los Leones
En 1492, con la conquista de Granada por los Reyes Católicos, la Alhambra pasa a ser palacio real. El conde de Tendilla, de la Familia de Mendoza, fue el primer alcaide cristiano de la Alhambra. Hernando del Pulgar, cronista de la época, cuenta: El conde de Tendilla y el Comendador Mayor de León, Gutierre de Cárdenas, recibieron de Fernando el Católico las llaves de Granada, entraron en la Alhambra y encima de la Torre de Comares alzaron la cruz y la bandera.
La ocupación napoleónica supuso un episodio negativo para la Alhambra, por la voladura producida en 1812, al retirarse el ejército francés. Sólo el arrojo de un soldado español pudo evitar casi su total destrucción.
El Comité del patrimonio mundial de la Unesco declaró la Alhambra y el Generalife de Granada como Patrimonio Cultural de la Humanidad en su sesión del día 2 de noviembre de 1984 y cinco años después, el barrio de El Albaicín (Al Albayzín), antigua ciudad medieval musulmana, obtuvo la misma denominación como extensión de la declaración como Patrimonio Cultural de la Humanidad de La Alhambra y el Generalife. La Alhambra fue uno de los 21 candidatos finalistas para ser elegida una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, aunque finalmente no consiguió tal título.
Alcazaba
AlcazabaLa consideración de la Alcazaba como un recinto castrense queda de manifiesto en su acceso. Este se efectúa al pie de la Torre del Homenaje, circundando su base en un suave ascenso. Un simple muro que obliga al paso en recodo, oculta a su vez el portón que abre en la muralla, de forma que éste no puede ser visto desde el exterior.
A través del portón se entra en un espacio interior abovedado que obliga a nuevos recodos, cuyo extremo, antes de desembocar en la Plaza de Armas, se encuentra abierto para permitir el control y el eventual hostigamiento desde la parte superior.
En este corredor cubierto se encuentran dos accesos, uno a las plantas baja y subterránea de la Torre del Homenaje y el otro, a la subida al adarve de la muralla y a la misma Torre, mediante una estrecha y empinada escalera abovedada.
Esta entrada a la Alcazaba no era la única, pero sí tal vez la más importante, pues a través de ella la guardia se distribuía por todo el recinto de la Alhambra, así como también servía para enlazar con el antemuro o camino de ronda que circundaba por completo la Alcazaba.
Interior de la Alcazaba
El área intramuros de la Alcazaba es el que se conoce en las fortalezas medievales como Plaza de Armas. Lugar destinado a paradas militares en tiempo de paz y a establecer la defensa en el momento de la batalla, es por tanto espacio abierto y diáfano, sin apenas construcciones.
Sin embargo, la Alcazaba de la Alhambra, como recinto integrado en otro mayor, era un área residencial para la guarnición de élite al servicio del Sultán, para la vigilancia y control permanente de la ciudad palatina, que actualmente se conoce con el nombre de Barrio Castrense.
De hecho es una pequeña ciudad, con una estructura urbana semejante a la de cualquier barrio de una población hispano-musulmana. Una estrecha calle recorre todo el recinto, separándolo en dos espacios diferenciados.
Al norte se apiñan muros y pavimentos de forma irregular que corresponden a varias casas de diferente tamaño pero idéntica estructura: son las viviendas de la guardia de élite que residía en el recinto, incluso con sus propias familias.
Al otro lado, muros de semejantes características a los de las casas pero con una distribución más homogénea y regular, con patios más amplios a cielo abierto, posiblemente testimonian la presencia de almacenes o de espacios para la tropa.
Iglesia de Santa María.
A lo largo de la Calle Real existían diversos edificios públicos, viviendas y pequeñas industrias, algunos de los cuales permanecen transformados por el tiempo y por nuevos usos.

Con planta de cruz latina y capillas laterales, destaca su retablo barroco con grandes columnas salomónicas de 1671, así como el Crucificado y las grandes imágenes de las Santas Úrsula y Susana, de Alonso de Mena.
La titular es la conocida imagen de la Virgen de las Angustias de Torcuato Ruiz del Peral, realizada entre 1750 y 1760, que es procesionada desde este templo en la Semana Santa sobre uno de los más bellos tronos granadinos, que reproduce en plata repujada las arquerías del Patio de los Leones. A su Cofradía perteneció Federico García Lorca.
La Iglesia se encuentra consagrada al culto católico y depende del Arzobispado de Granada.
Adarve de la muralla norte.
Plaza de Armas.
Terraza de la plaza de Armas.
Torre de la Vela, constituía la torre de defensa más grande del conjunto militar, por su altura domina toda la vega granadina. Su nombre procede de la campana que los cristianos colocaron en la torre tras la conquista de la ciudad.
La Torre del Homenaje. Se levanta en la parte más alta de la fortaleza, tiene algo más de 22 metros de alto y en su interior se distinguen seis pisos. El nivel más alto pudo servir a los alcaides del recinto de centro de operaciones de la defensa.
Torre de los Hidalgos.
La Torre Quebrada.
La Torre Adarguero. Estas tres últimas torres dan a la gran explanada.
Jardín de los Adarves, fue creado en el siglo XVII, cuando la fortaleza perdió su carácter defensivo. Existen buenas panorámicas desde este jardín.
Palacios nazaríes (principales estancias)
Los palacios nazaríes son el conjunto formado por el Palacio de Comares, construido en primer lugar, y el Palacio de los Leones. Cronológicamente fueron levantados después de la alcazaba, el generalife y el Partal, siendo su construcción del primer tercio del siglo XIV. Constituía la sede de las funciones administrativas, de la corte, protocolo y retiro y disfrute privado. Al bajar las escaleras de acceso, se van encontrando las siguientes dependencias:
Mexuar
Debe su nombre al término árabe Maswar, lugar donde se reunía la Sura o Consejo de Ministros. También era el lugar o la antesala donde el Sultán impartía justicia.

Originalmente tenía un cuerpo central de linterna que le servía de iluminación cenital y de la que sólo subsisten las cuatro columnas y sus entablamentos. En el siglo XVI se modifica todo el espacio para añadirle una planta superior y transformarlo en Capilla.
Entre las radicales modificaciones de la sala destaca por su curiosidad la del friso epigráfico de yesería que discurre por encima del zócalo alicatado. Procedente del desaparecido Pórtico del Patio de Machuca se colocó en el Mexuar por artesanos moriscos, en lugar de las típicas almenillas, con una clara intención simbólica: «El Reino es de Dios. La fuerza es de Dios. La Gloria es de Dios». Esta inscripción venía a reemplazar a las jaculatorias cristianas: «Christus regnat. Christus vincit. Christus imperat».

http://www.alhambra-patronato.es/index.php/Alcazaba/142/0/
http://granada.costasur.com/gallery/es/gallery-942.html
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