Estas obras denotan cierto influjo de su maestro, Campin, pero están imbuidas de una mayor intensidad dramática y emocional, otro de los rasgos que caracterizan su producción. Las obras de madurez de Van der Weyden, realizadas entre 1430 y 1450, muestran un creciente interés por el tema de la Pasión de Cristo. Se distinguen por sus colores fríos, el movimiento rítmico de las líneas, a veces diagonales o curvilíneas, la elegancia en los gestos de las figuras, y un sentimiento religioso trágico que alcanza su apogeo en las tres versiones de la Piedad (c. 1440, una de ellas en el Museo del Prado, Madrid). Van der Weyden introdujo importantes innovaciones que influyen en la siguiente generación de artistas primitivos flamencos, como la perfecta composición de grupos de personajes que realiza en El descendimiento de la cruz (1435, Museo del Prado); marcos arquitectónicos en grisalla que definen el espacio de la escena, como en Llanto sobre el cuerpo de Cristo (capilla Real de Granada, España), y el mecanismo de colocar en el primer plano del cuadro una figura de espaldas, creando un espacio cerrado y unificado, como en Los desposorios de la Virgen (Museo del Prado). Con posterioridad a 1450, tras un viaje a Italia, donde Van der Weyden entró en contacto con la pintura del renacimiento italiano, su obra se hace más suave, de un realismo más idealizado y sentimental, particularmente en la Adoración de los Magos (Alte Pinakothek, Munich) o La Virgen con el Niño (Museo del Prado). Fue uno de los pintores más influyentes del siglo XV europeo, no sólo en los Países Bajos, sino también en España, Italia, Francia y Alemania, países que encargaron o recopilaron algunas de sus obras.(Tournai, hoy en la provincia de Henao, Bélgica, 1399/1400 - Bruselas, 18 de junio de 1464), fue el pintor más célebre e influyente de la escuela flamenca en el período gótico. También se le conoce como Roger de la Pasture o Rogier de le Pasture.Fue aprendiz de Jan van Eyck y Robert Campin. Es nombrado maestro en Tournai en 1432. En 1435 se instala en Bruselas, que se convirtió en su residencia habitual. Allí creó un taller y fue nombrado pintor oficial de esa ciudad (1436).
Estuvo en Italia en 1450 para ganar el jubileo de 1450, y allí conoció las obras del pintor GentileFabriano aunque nada de lo que vio en Italia le influenció estilísticamente. Estuvo en Roma y parece que también en Ferrara.
Su hijo Pierre también fue pintor, aunque no tan destacado. Rogier de le Pasture influyó en varios otros artistas, tales como Hugo van der Goes, Hans Memling, Petrus Christus, Dirk Bouts y Gérard David.
Sus únicas obras firmadas son los cuatro paneles dedicados a la justicia que estaban en la Sala dorada del ayuntamiento de Bruselas y que se perdieron en los bombardeos de 1645. En Berna hay unos tapices que son reproducciones de ellos.
Así pues, realmente, no se conserva nada suyo firmado, y sus figuras tuvieron tanto éxito que fueron muy reproducidas. Aun así, las atribuciones son muy poco cuestionables.
Estilo y temas.
Se distingue tanto por la interpretación de temas religiosos (patéticos y marianos) como por sus notables retratos. Pinta al óleo sobre madera, en panel único, dípticos o polípticos. En sus primeras obras, su estilo es marcadamente gótico: hierático, y realiza fondos dorados. Posteriormente evoluciona hacia líneas sinuosas y fluidas en cuerpos y en drapeados. Sus personajes presentan un marcado corte realista.
Cristo apareciéndose a la Virgen.- No tenemos ante nosotros una obra de Rogier van der Weyden, sino de su círculo, lo que significa que fue producida entre los numerosos pintores que imitaron el estilo del maestro, sin que necesariamente se trate de uno de sus discípulos. Esto puede apreciarse en la dispar calidad que ofrecería comparada con una obra del propio Weyden. Sin embargo, también puede verse cómo los fundamentos del arte de Weyden están presentes, interpretados fielmente en lo que sería un nuevo estilo propio y particular de los Países Bajos, frente al lenguaje del Renacimiento en Italia. Básicamente, esta tabla reproduce el gusto por el plegado anguloso, quebrado, en vestiduras y adornos. La escena se desarrolla en un interior de arquitectura gótica, que era el ejemplo de arte moderno en la época. Sin embargo, se capta la perspectiva y la profundidad de la estancia, acentuándola incluso merced al dibujo geométrico de las baldosas del suelo. Esta intención de conseguir un espacio ficticio lo más próximo a la realidad es un elemento completamente renovador, conseguido a través de la práctica y el tanteo, frente a la compleja elaboración teórica de la perspectiva en el arte italiano.
Altar de los Siete Sacramentos, Crucifixión en una iglesia.-La composición de este cuadro de Rogier van der Weyden está utilizando un modelo que había inaugurado Jan van Eyck algunas décadas antes, como podemos ver en su Virgen en una iglesia. Se trata de una idea por la que una escena sagrada aparece mágicamente desarrollada en el seno de una iglesia, dentro de sus naves de arquitecturas góticas. Es un milagro, un círculo cerrado que concluye la devoción cristiana: Jesús crucificado inicia una nueva era, en la que el hombre ha sido salvado del pecado original. En memoria de Jesús se celebra el ritual de la Eucaristía en edificios apropiados, las iglesias y catedrales, en las que de nuevo se aparece Cristo muerto, el origen de todo. La escena de la Crucifixión sería perfectamente ortodoxa si estuviera ambientada en el monte Calvario: Cristo aparece en una elevada cruz, ya muerto; María desmayada en el suelo es atendida por San Juan, mientras las santas mujeres lloran por Cristo. Sin embargo, Weyden ha trasladado los personajes a través del tiempo para situarlos en el interior de una de las catedrales góticas donde los clientes del cuadro, sus familiares, el propio pintor, iban a celebrar los sacramentos. Es un recordatorio de que la muerte de Cristo está presente siempre en la vida del fiel, que no debe olvidar su misión en la iglesia a la que acude diariamente. El cuadro es un panel central de un tríptico que estaba destinado también a una iglesia. Es decir, es una imagen de la manifestación de lo sagrado en el espacio sagrado por excelencia.
Madona Médici, Madona con cuatro santos.- Según la fecha y los elementos que aparecen en la pintura, Rogier van der Weyden realizó el cuadro durante su estancia en Roma y posiblemente por encargo de la familia Médici. Los datos que apoyan esta idea es que los santos que aparecen a la derecha de la Virgen son San Cosme y San Damián, patronos de la medicina y patronos también de los Médici. Además, el escudo que aparece en la parte inferior tiene pintada la flor de lirio que representa a Florencia, de donde son oriundos los Médici. El tema de la Sacra Conversazione es típicamente italiano, tratado por ejemplo en artistas como Antonello da Messina. Los santos que asisten a la reunión con María están dispuestos en arco, estructura que se encuentra repetida en el remate del cuadro, un arco de similar curvatura. Las figuras están estilizadas elegantemente, alargadas como suele ser frecuente en los trabajos más elegantes de Weyden. A ello se suma el excelente tratamiento de las calidades de los materiales que aparecen en el lienzo, algo en lo que destacaban por su maestría los artistas de los Países Bajos.




No hay comentarios:
Publicar un comentario